Abstract

En la Filosofía de la Música, tanto como en el pensamiento moderno, una de las bases de la experiencia está fundamentada en el principio de identidad; tal como es señalada por Adorno en su texto Teoría Estética: "Es entendido como el poder del conocimiento humano que tiende hacia la reconciliación entre el sujeto y el objeto de estudio". Éste principio, le regala al individuo la posibilidad de representar la realidad y así mismo, entenderla; logrando que el sujeto sea intérprete del mundo a partir de la razón y la experiencia. Lo que concierne a la estética, más allá del arte, Adorno lo eleva al ámbito musical, pero más exactamente hacia la composición, teniendo como finalidad una nueva esencia al realizar piezas musicales, todo ello surge por medio de la necesidad de representar y entender la realidad, generando críticas hacia un tema o estudio específico, tales como religión, política, tecnología, cultura, arte, música, entre otros. Algunos autores consideran necesario que la notación musical debe perdurar en el tiempo y es precisamente lo que critica el pensador, ya que, al hacer un análisis reflexivo y hermenéutico de las obras de Theodor Ludwig W. Adorno, tales como: Dialéctica de la ilustración, critica de la cultura y sociedad I, Dialéctica negativa entre otros se ve reflejada la importancia del estudio filosófico de la música y su estrecha relación con las interconexiones sociales entre sujetos.