Abstract

El trabajo de enseñanza del Catecismo es una misión, confiada por la iglesia, y que hace participar al que la realiza, en la proclamación de a Buena Nueva de salvación hecha por Cristo. El catequista realiza pues, lo que Cristo hizo y lo que El continúa haciendo por su iglesia: anuncia a los niños el mensaje de salvación; les hace profundizar el sentido de este mensaje y les muestra cómo hay que vivirlo. Los ayuda así a hacerse -gracias a la palabra de Dios y al agua bautismal- cristianos y testigos de la verdad. De aquí se deriva la gran responsabilidad que tiene respecto a del contenido que debe poner en el método de su transformación. La Catequesis, a cargo del profesor de religión, no tiene por finalidad solamente el transmitir una doctrina, como lo puede hacer en cualquier otra materia del pensum oficial, sino el desarrollar en los alumnos una nueva vida. Debe ganarlos para Cristo y unirlos cada vez más profundamente a él.