Abstract

Los recuerdos de mi infancia, las costumbres y las tradiciones familiares, fueron colocados en un diálogo en el que se dinamizaron algunas de mis reflexiones acerca de lo que es mi identidad sociocultural y las relaciones existentes entre las personas y su cotidianidad. Como seres humanos que somos, buscamos una forma de encontrar y crear unas prácticas y destrezas que regulen y aplaquen las enfermedades que nos atacan. Desde tiempos de antaño, las plantas han sido una aliada estratégica en la que el hombre se ha apoyado de sus propiedades curativas para sobrevivir y prolongar su existencia y la de sus familias. Actualmente, en algunos lugares siguen vigentes estas prácticas que en la mayoría de los casos son tradiciones heredadas de nuestros familiares más veteranos, los cuales pasan a asumir el rol de un yerbatero o curandero al que le atribuimos poderes especiales. A través del arte contemporáneo, y desde mi experiencia, surgió una idea de rescatar y prolongar todo el acervo y la riqueza cultural que pude tomar de estas costumbres. El material de archivo, los objetos, y las mismas plantas pasaron a ser un elemento significativo e importante dentro de la construcción estética que se unificó con el espacio, y es precisamente este el que se enfrentó ante un escudriñamiento que develó un paisaje rescatado en mi memoria en la que mostré ante el espectador cómo reconstruir un recuerdo que es asociado a identidad, tradición y a los espacios simbólicos de una casa.