Abstract

En Colombia la mujer ha participado en todos los procesos históricos. Desde la época precolombina, pasando por la Colonia y hasta en la actualidad su presencia ha sido clave en la vida social, económica, política y cultural. Conjuntamente con los hombres son protagonistas de los bienes y servicios del país. Evidenciándose su capacidad como actora de cambio social. No obstante, su situación de subordinada sigue vigente, pese a las transformaciones sociales y a los avances de la normativa jurídica nacional e internacional. Por otra parte, la sociedad colombiana ha estado inmersa en los patrones de la cultura patriarcal que implica la división de roles masculinos y femeninos que establece espacios, tiempos, permanencia y hechos diferenciales para unos y otras. Allí se instauran ámbitos más asequibles para hombres y otros para mujeres, lo cual limita su desarrollo pleno como sujeta de desarrollo.