Abstract

Las mujeres a lo largo de la historia han sido marginadas como producto de las tradiciones, concepciones culturales e ideologías que la han colocado en un plano de inferioridad al hombre. Su rol más importante en la sociedad se ubicaba al interior del hogar cumpliendo con las responsabilidades de ser buenas esposas, madres e hijas abnegadas, entregadas fielmente a su marido, y a la crianza de hijos e hijas, es decir dedicadas exclusivamente a las funciones hogareñas. Poseían pocos espacios de sociabilidad los cuales eran vigilados y regulados por la Iglesia Católica. Fue hasta la década del 30 del siglo XX, cuando se dio un resquebrajamiento entre la iglesia y el Estado. A partir de la llegada de Enrique Olaya Herrera a la presidencia (1930-1934), se muestra la puja, entre las ideas liberales y conservadoras en relación a la educación de las mujeres con la intervención de la Iglesia Católica, discursos, que influían y determinaban su lugar en la sociedad. En la década de los años treinta del siglo XX en Barranquilla, en la educación de las mujeres se dieron trasformaciones los cuales fueron de la mano con la situación política y social que atravesaba el país; para este periodo lograron el derecho a una educación cualificada y comienzan a ejercer un papel diferente al que desempeñaban en el siglo XIX.